Evolución del Bruxismo
Como el tema del bruxismo se fue evolucionando en el trascurso del tiempo.
3/17/20234 min read


En los últimos años se ha producido un cambio de paradigma en torno al concepto de bruxismo: hemos pasado de una definición patológica en sentido estricto (por ejemplo, trastorno del movimiento) a una "conducta motora" más genérica, con dimensiones relacionadas con la fisiología y la protección del organismo. Estas evoluciones conceptuales ya no pueden ser ignoradas y ha llegado el momento de que los clínicos comiencen a dirigir los enfoques hacia nociones más profundas compartidas por todos.
Bruxismo en el pasado
Desde hace algún tiempo, el término "bruxismo" se refiere a ese fenómeno patológico de molienda nocturna, inductor de desgaste dentario y con probables factores causales de carácter oclusal.
Posteriormente, en la década de 1990, se publicaron estudios con polisomnografía (PSG) electromiografía (EMG) a través del cual se dilucida cómo el bruxismo nocturno (BS) es en realidad un fenómeno relacionado con la excitación (estado excitatorio autonómico-mediado) y que induce la activación rítmica y automática de los músculos de la masticación (RMMA). Características clínicas como dolor orofacial matutino, desgaste dental, autorreporte de antecedentes de SB, número de episodios nocturnos igual a 4/por hora, etc., se asociaron entonces a este fenómeno.
Desafortunadamente tambien estos Estudios (y los conceptos que de ellos se derivan) se han mostrado limitados, siendo promotores de una errónea concepción dicotómica del SB (presencia/ausencia) y como careciendo de la descripción fenomenológica de su variable diurna (bruxismo diurno o AB).
De hecho, la AB, a diferencia de la SB, se manifiesta durante la vigilia normal ya través de diferentes patrones motores, consistentes en apretar o mantener la mandíbula en una posición fija (ortesis) y sin contacto dentario efectivo.
El bruxismo hoy
Con el objetivo de llenar estos vacíos conceptuales, en 2013, un grupo de expertos de diversas áreas médicas (odontólogos, médicos del sueño, psicólogos y especialistas en dolor orofacial) reactualizaron la definición de bruxismo y sugirieron la necesidad de mejorar su gradación diagnóstica y etiopatogenia. .
En primer lugar, se reconoció la connotación circadiana del bruxismo (nocturno/diurno) y la descripción de los patrones motores correspondientes. A este trabajo se agregó luego otro documento de consenso (2018), dentro del cual fue posible expresar algunas aclaraciones. En particular, se enfatizó que:
en sujetos por lo demás sanos, el bruxismo no debe considerarse como un trastorno motor sino más bien como un "comportamiento motor“, pudiendo a su vez ser concebida como un factor de riesgo y/o protector en algunos contextos clínicos. Además, su manifestación fisiológica no debe excluirse a priori;
tanto los enfoques no instrumentales (especialmente el autoinforme) como los enfoques instrumentales (especialmente la electromiografía) pueden ser herramientas útiles para el diagnóstico;
en individuos por lo demás sanos, no existen valores límite estándar de referencia ideales para establecer la presencia o ausencia de bruxismo; la actividad de los músculos de la masticación, relacionada con el bruxismo, debe ser evaluada según el continuo de la conducta motora;
es necesario declarar la separación conceptual y sustancial de los fenómenos SB/AB;
es necesario que el SB ya no se identifique como un trastorno del movimiento o un trastorno del sueño, sino como actividad muscular involuntaria, relacionadas con el sueño, rítmicas (fásicas) y no rítmicas (tónicas);
Del mismo modo, incluso el bruxismo diurno no debe verse como un trastorno del movimiento, sino como una actividad muscular durante el estado de vigilia y caracterizada por el contacto repetitivo o prolongado con los dientes y/o por la fijación de la mandíbula en determinadas posiciones, incluso sin la dentición propiamente dicha. contacto;
debe evitarse el uso de términos como "parafunción" en favor de una terminología más genérica (por ejemplo, "actividad muscular" o "conducta motora") para reducir la administración de tratamientos inadecuados o innecesarios.
Nota: Centrarse en estos aspectos en realidad puede cambiar el enfoque del problema en sí. Por ejemplo, ante un individuo con desgaste evidente de las coronas dentales, el odontólogo no podía excederse en el diagnóstico inmediato de AB/SB e intervenir oportunamente con dispositivos oclusales. De hecho, primero debe verificar la presencia del síndrome deApnea obstructiva del sueño (SAOS) y/o ERGE (perturbación del reflujo gastroesofágico), lo que podría afectar la aparición de bruxismo y los parámetros de desgaste dentario. Además, el uso de dispositivos oclusales conservadores podría causar una mayor reducción de la permeabilidad de las vías respiratorias, haciendo que las secuelas del SAOS sean aún más peligrosas y contribuyendo a perpetuar el círculo vicioso SAOS-SB.
Bruxismo y perspectivas de futuro
En el documento de consenso de 2018, se subrayaron varias lagunas por aclarar: revelar los mecanismos relacionados con el bruxismo en los niños, las relaciones entre el SB y los trastornos del sueño (por ejemplo, la apnea obstructiva), el posible papel de la ventana (en lugar del rechinar) como sobrecarga factor para la articulación temporomandibular y los músculos masticatorios, desafíos protésicos/reparadores en caso de desgaste dental y presencia concomitante de reflujo gástrico.
Los principales objetivos futuros serán evaluar y discriminar, de forma válida y factible, qué actividades motrices son realmente fisiológicas y qué actividades motrices representan aspectos aditivos conectados con otras condiciones subyacentes. Además, será necesario comprender cómo cuantificar el trabajo muscular durante el sueño y la vigilia, evaluar las relaciones temporales con el dolor y con el estado de desgaste de los dientes y, obviamente, cómo suplir la evidente escasez de datos sobre el bruxismo diurno.
Por ello, se están desarrollando diversas herramientas como, por ejemplo, aplicaciones particulares compatibles con smartphones cuya finalidad debe ser la monitorización en tiempo real del comportamiento motor del bruxismo, o herramientas clínicas estandarizables como el "STAB", cuya finalidad es recoger la mayor cantidad de datos posible sobre la etiología, fisiopatología, riesgos, comorbilidades, factores asociados, tipo de bruxismo y consecuencias clínicas.